Wednesday, June 27, 2012

¿Cómo evitar la guerra a la hora de la comida e inculcar a los niños una relación positiva con sus alimentos ?


Comer bien es uno de los mayores placeres en la vida. Sin embargo, mucha gente no logra alimentarse ni alimentar a sus hijos de manera exitosa. Muchas familias sufren disgustos y peleas a la hora de la comida tratando de hacer comer a sus hijos, mientras los niños se rehúsan, gritan, lloran y en ocasiones hasta escupen y vomitan con tal de no comer lo que no quieren.

Una manera de resolver este problema y lograr una alimentación saludable, así como comidas familiares armónicas y agradables, es mediante la estrategia de “División de responsabilidades”, donde tanto los padres como los hijos tienen funciones definidas:

Responsabilidades de los Padres:  
Son responsables de decidir QUÉ alimentos se van a ofrecer en la mesa.
Deben de presentar alimentos ricos y saludables en un lugar y hora definida (ejemplo: cena 7:00 pm en el comedor. Menú: pollo, arroz, frijoles, ensalada)
Presentar una variedad de alimentos de donde los hijos tengan la opción de elegir. Procurar siempre servir al menos un alimento que al niño le guste. Aunque el niño no coma todo lo que se le ofrece, al estar expuesto a una variedad de alimentos será mas fácil que en un futuro tenga una dieta mas amplia y saludable.

Por ejemplo: Si a Juan le gustan las albóndigas , y no ha probado la sopa de lentejas, entonces se puede presentar un menú que incluya:
  • Albóndigas
  • Puré de papa
  • Vegetales al horno y
  • Sopa de lentejas.

De esta manera, Juan sabe que tiene algo que comer que le gusta, no estará de mal humor y quizás se anime a probar otro alimento junto con el que ya conoce y le agrada.

Responsabilidades de los Hijos:
Son responsables de sentarse en la mesa a la hora definida. Coman o no, de igual manera se deben de sentar ya que es un momento de convivencia familiar. Aun niños de un año de edad pueden sentarse por lo menos 10 minutos con el resto de la familia. De esta manera irán adquiriendo el hábito y será mas sencillo conforme pase el tiempo.
Son responsables de CUÁNTO van a comer, y si van a comer o no.
En resumen: Los padres deciden QUÉ y los hijos deciden CUÁNTO.
Nuestra función como padres es educar y ayudar a que nuestros hijos se alimenten de tal manera que desarrollen un cuerpo adecuado, y que se sientan bien y contentos dentro de este cuerpo. No es nuestro papel ser la policía de los alimentos. Restringir a nuestros hijos, o forzarlos a comer, puede tener consecuencias indeseables como trastornos de la alimentación o aberración a cierto alimento.

5 Herramientas para la hora de comer
Mantener un ambiente tranquilo a la hora de la comida así como evitar peleas y discusiones en ese momento es tan importante como ofrecer alimentos saludables. Las discusiones pueden esperar a otro momento. Los padres deben de recordar las siguientes cinco herramientas cuando están sentados en la mesa con sus hijos:


  1. Paciencia.- No perder el control. Mantener tolerancia en la mesa. Dejarlos que se ensucien y aprendan a comer.
  2. Perseverancia.- Si una vez no quieren probar un alimento, no quiere decir que nunca lo van a probar. Hay que esperar un tiempo y volver a presentarlo.
  3. Respeto.- Respetar la división de responsabilidades y dejar que los hijos decidan CUÁNTO y si va a comer o no.
  4. Límites.- Establecer los horarios de comidas y refrigerios o meriendas, así como los hábitos de estar sentados en la silla y utilizar tenedor y cuchara. Si el niño decide no comer el almuerzo, tendrá que esperar hasta el momento del refrigerio. Al definir límites, los niños saben lo que se espera de ellos, se sienten más seguros y les es más fácil controlarse.
  5. Estímulo.- Fomentar de manera positiva a que prueben alimentos nuevos. Si los padres van más allá de este estimulo y obligan o premian o castigan, entonces se vuelven esclavos de estos métodos y en cada comida tendrán que utilizar premios y castigos volviendo la alimentación un combate, en vez de un proceso natural. 

Por último, hay que prestar mucha atención a nuestras actitudes y acciones como padres ya que somos el ejemplo de nuestros hijos. Si deseamos que nuestros hijos coman saludable y ordenadamente, nosotros debemos de comer de la misma manera.

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